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FloraFlor de nieve o flor de nieu en aragonés.La flora del Parque consta de 1400 especies, lo que supone casi el 45 % de las plantas del Pirineo Aragonés, de las que 83 son plantas exclusivas del Pirineo, es decir, la mitad de los endemismos de la cordillera. En los más de 30 picos de más de 3000 del territorio protegido y su periferia se pueden ver cerca de 100 especies, lo que supone las dos terceras partes de la flora alpina del Pirineo. Una de las características principales del Parque es la presencia de grandes superficies de acantilados y paredes, así como de gleras calizas, que albergan una gran cantidad de especies exclusivas (endémicas) del Pirineo, como Borderea pyrenaica, Campanula cochlearifolia, Ramonda myconi, Silene borderei, Androsace cylindrica, Pinguicula longifolia, Petrocoptis crassifolia, etc. Uno de los primeros estudiosos de la flora de Ordesa ha sido Pedro Monserrat Recoder en compañía de Taurino Mariano Losa, en los años 40 del s. XX. No obstante en los últimos años se ha hecho un esfuerzo por actualizar los conocimientos sobre su flora y vegetación con la realización de varias tesis doctorales y la publicación de dos libros. El Parque Nacional es una de las zonas piloto donde se realizan muestreos del proyecto internacional de investigación GLORIA, de estudio a largo plazo de la flora alpina para evaluar los impactos del cambio climático sobre la biodiversidad de la alta montaña de la Tierra.

Enlaces de interés: - https://www.ordesa.net/parque-nacional/sectores - https://twitter.com/ordesatorla?lang=es

Llegar a la Cola de Caballo, a tres horas de camino desde la pradera de Ordesa, no tiene solo el atractivo de conocer esta gran cascada. Además, tienes la oportunidad de disfrutar de las no menos espectaculares Gradas de Soaso, las cascadas de la Cueva y el Estrecho, y otras cascadas menores que te sorprenderán a cada paso. El Parque Nacional de Ordesa es una de las visitas imprescindibles del Pirineo aragonés. Hoy te proponemos una excursión sencilla y apta para todos los públicos hasta las espectaculares Gradas de Soaso y la Cola de Caballo. Disfrutarás de una jornada de paseo tranquilo –alrededor de tres horas de recorrido, en suave pendiente, desde la pradera de Ordesa hasta la Cola de Caballo, contando el tiempo de descanso para reponer fuerzas, disfrutar del paisaje y hacer fotos; y otras tantas para volver-. Podrás disfrutar de un precioso paisaje boscoso, que ya empieza a teñirse de los colores del otoño, mientras escuchas el sonido del agua durante prácticamente todo el trayecto –un rumor a veces, un ruido atronador cuando te acercas a una cascada-. El parque tiene una gran extensión -algo más de 15.600 hectáreas de terreno- y abarca una amplia zona de valles y barrancos, picos de más de 3.000 metros de altura, incluido el macizo de Monte Perdido (3.355 m) en el límite con Francia, con las cimas de las Tres Sorores, de donde derivan los valles de Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín. Este soberbio rincón natural, que ha cautivado durante generaciones a montañeros, naturalistas y viajeros, ofrece grandes contrastes, desde la aridez de las zonas más altas al verdor de los valles cubiertos de bosques, en los que el agua que se filtra por grietas y sumideros termina formando impresionantes cascadas. Para llegar desde Formigal o Panticosa hasta la pradera de Ordesa, punto de arranque de nuestra excursión, hay que tomar la A-136 hasta Biescas y allí coger la N-260a. El recorrido en coche es de aproximadamente una hora. En esta época del año se puede llegar en coche hasta la propia pradera –en verano hay que dejar el coche en Torla y tomar allí un autobús-. Vista desde la pradera, donde ya impresiona la altura de los picos que nos rodean. Una vez en la pradera no olvides que entras en un parque nacional y hay que preservar la fauna y la flora del recinto y observar una serie de normas: no llevar perros sueltos, no tirar basura o no arrancar flores, entre otras. Desde la pradera arrancan distintas rutas por el parque, todas perfectamente indicadas. Solo hay que seguir las indicaciones hacia la Cola de Caballo y las Gradas de Soaso. El camino, en suave pendiente, permite disfrutar de grandes vistas de las fajas –las estrechas cornisas horizontales que permiten recorrer el valle el altura por encima de las grandes paredes verticales que se ven desde abajo-. A medida que ascendemos, el sonido del agua comienza a hacerse más fuerte: llegamos a las cascadas de la Cueva y del Estrecho, grandes saltos de agua que, con los años, han ido labrando zigzagueantes toboganes en la roca caliza. Hay que desviarse ligeramente del camino principal para verlas. Pero no tienen pérdida: están perfectamente señalizadas. Cascada del Estrecho Poco después llegamos a las espectaculares Gradas de Soaso, una sucesión de cascadas escalonadas y de baja altura que tiene efectos casi hipnotizadores: uno no se cansa de ver caer el agua. Gradas de Soaso Seguimos nuestra ruta. Al poco, el camino comienza a abrirse: llegamos al Circo de Soaso, el impresionante valle glaciar en el descubriremos la Cola de Caballo. Hay que llegar hasta el fondo del circo para descubrirla, casi oculta hasta el final del trayecto, a nuestra izquierda. Esta gran cascada tiene, efectivamente, forma de cola de caballo, como puedes ver en la foto. Hemos llegado al final del recorrido. Ahora puedes regresar por el mismo camino. O, si estás en buena forma y quieres tener una perspectiva diferente del circo, puedes tomar la Faja de Pelay –lo que te permitirá tener unas espectaculares vistas aéreas- y la Senda de los Cazadores. Pero ten cuidado: la Senda de los Cazadores, el tramo final que desciende desde la Faja de Pelay hasta la pradera de Ordesa, tiene un desnivel de 600 metros y es una bajada muy exigente, no apta para ir con niños, personas mayores o personas con movilidad reducida. Eso sí, las vistas son espectaculares desde ahí arriba. Escojas el camino que escojas, estamos seguros de que disfrutarás de la excursión. Por algo Ordesa está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Rutas para personas con problemas de movilidad La zona más fácil o sencilla sería ir por el fondo del valle unos cuantos cientos de metros desde la Pradera por el bosque, es llano con camino ancho y sin nigún tipo de peligro.Asimismo se puede disfrutar del paisaje simplemente en la pradera de Ordesa, es un llano grande de hierba, justo donde acaba la carretera de acceso al interior del valle, con vistas al Tozal del Mallo, Fraucata, Pelay, etc.Existe unos 300 metros antes de llegar a la Pradera y al lado de la carretera un edificio realizado específicamente para personas discapacitadas, creo que es muy interesante: oir sonidos de pajaros autóctonos, sentir el tacto de una trucha etc.Este edificio está cerrado, pero lo abren si así lo solicitan, no tendreis problemas por ello.Obviamente no se puede realizar la ruta al principio que te cito en sillas de ruedas, al ser camino forestal con algo de piedras pequeñas.

Mira este corto vídeo hasta 1:04 min y responde a las siguientes preguntas: -¿Dónde se sitúan los pirineos? -¿Qué montes se alzan? -¿En que año se crea el parque de Ordesa? -¿Cuántas hectáreas se protegieron?

FAUNA El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido acoge una variada fauna fruto de los diferentes hábitats que alberga y de su condición fronteriza entre la Europa Continental y la Mediterránea. Se han contabilizado unas 38 especies de mamíferos, 68 de aves nidificantes (unas 120 si contamos las emigrantes), 5 de anfibios, 8 de reptiles y 5 de peces. El rebeco (llamado sarrio en aragonés) cuya población en el Parque ronda los 2.000 ejemplares, el corzo que ha pasado de estar extinguido a nivel local a mediados del siglo XX a poseer una creciente población en la actualidad, la superpoblada presencia del jabalí junto con dos recién «recuperados» (o en vías de estarlo) como lo son el ciervos, que parece querer regresar en su evidente expansión pirenaica y el oso pardo, cuya diminuta población pirenaica (25-32 ejemplares) se ha dejado sentir en el interior de los sectores más salvajes del espacio protegido. A ello hay que añadir una enorme variedad de pequeños mamíferos (nutrias, zorros, ginetas, marmotas, gatos monteses, garduñas, lirones, tejones, ardillas,ratones de campo, hurones, tobillos, musarañas, desmán de los Pirineos...). Quebrantahuesos, una de las «estrellas» del Parque.Si de avifauna hablamos, en los bosques del Parque Nacional destacan sobre todo especies como el urogallos(con pequeñas poblaciones en su mayoría y para su bien desconocidas), la lechuza de aengalm (recientemente redescubierta).