PICASSO

PABLO RUIZ PICASSO

CANCIÓN CANCIÓN: PICASSO EN MI COLEMI COLE Y MI ESCUELA ES PARTICULAR,ALLÍ ENTRÓ PICASSO...Y SE PUSO A PINTAR.Y FÍJATE... ATENTO A LO QUE VES,AQUÍ ENTRAN LOS CUADROSQUE ÉL HIZO CON PINCEL.UN SEÑOR QUE ES TORERO,EL CABALLO CASI ENTERO,A SU HIJO DE PAYASO,Y A SU NOVIA CON UN LAZO...ARLEQUINES... Y MENINAS...Y LOS TOROS... Y LAS NIÑAS....¡FÍJATE, FÍJATE...QUE SEGURO QUE LOS VES! https://www.youtube.com/watch?v=nzptZ3O3b-I Canción de Picasso Nino Guerra Publicado el 21 may. 2013

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PICASSO SU VIDA Pablo Picasso se llamaba Pablo Ruiz Blasco. Nació en Málaga el 25 de octubre de 1881 . Desde muy pequeño, a Pablo le encanta dibujar. Esta pasión le viene sin duda de su padre, que era profesor de dibujo. Así, pinta su primer cuadro cuando cuando sólo tiene 8 años ! Y a los 15 años ya tiene su propio taller. Poco después, consigue entrar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. Desea estudiar las técnicas pictóricas... pero muy pronto, esta forma de enseñar no le gusta: El quiere ser un artista moderno e inventar una nueva manera de pintar. Para perfeccionarse, pinta mucho, y se inspira de todo lo que ve en sus viajes, a Paris y por España, cuando todavía no es conocido. No consigue vender sus cuadros y vive con muy poco dinero. Descubre así la vida bohemia de Paris, una manera de vivir sin reglas, al margen de la sociedad. https://www.youtube.com/watch?v=mJpb1m0Vb8s Picasso para niños CEIP Ramón y Cajal Publicado el 11 may. 2013

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Cuando Pablo Picasso aún era pequeño, su padre, profesor de Bellas Artes, le enseñó a pintar. Así fue cómo a los 11 años, Pablo pintó dos palomas blancas, muy hermosas. Pero un día... Al mirar el cuadro algo llamó su atención, ¡había sólo una paloma! Nadie en su familia sabía nada y todos se sorprendieron mucho con aquél extraño suceso. Pasó el tiempo, Pablo creción y cada día fue pintando mejor, pero no olvidó a su paloma perdida. Algún día, pensaba, cuando sea mayor, viajaré lejos y la encontraré. Al cumplir los 19 años, viajó a París por primera vez. Allí se paseó junto al Sena mirando el cielo durante el día para descubrir, tal vez escondida, a su añorada paloma. Por las noches, la buscaba sobre los techos de París, por si estuviera dormida en algún rincón, a salvo de los gatos. En París se encontró con muchos pintores, algunos tan jóvenes como él y otros mayores y, juntos, realizaron numerosas muestras de pintura. A todos preguntaba por su paloma, pero nadie la había visto. En esa época viajó mucho de París a Barcelona, y viceversa, siempre detrás del vuelo de su paloma perdida. Un día paseando por las calles de París vio a una niña con una paloma blanca acurrucada entre sus manos. -¿Es mi paloma?- le preguntó Picasso, pero la niña dijo que no con la cabeza y salió corriendo con el ave entre los brazos. Picasso corrió tras ella y vio como la niña entraba en un bar. Allí, una mujer que estaba sentada sola en una mesa, en un rincón, le dijo que la pequeña había escapado por la puerta trasera. Picasso, desconsolado, volvió a su taller y allí se sintió tan triste que comenzó a ver el mundo que lo rodeaba en color azul. Y esa misma tristeza hizo que empezara a usar muchos azules en sus pinturas, aunque, a veces usaba aún rojos muy bonitos, como el jersey de la mujer sentada junto al hombre disfrazado de arlequín que siempre encontraba en el bar donde iba a desayunar todas las mañanas. Poco a poco, Picasso fue perdiendo las esperanzas de encontrar a su paloma y entonces el azul invadió definitivamente su paleta de pintor. Por eso, a todos sus cuadros pintados en esa época lo llamas el Período Azul. A veces, cuando se sentía solo, hablaba con el músico ciego que vivía en su calle. Una y otra vez, Picasso le contaba cómo había perdido a su paloma, un día, cuando era niño. El músico tocaba y tocaba su guitarra, pero nada sabía de su paloma. -¡Ojalá hubiera tenido ojos para verla volar!- le decía el ciego, tristemente. Su casera solía acercarse hasta el taller a llevarle algo para comer. Era solo un pretexto, ¡lo veía tan triste!, y entonces le hablaba y le hablaba para distraerlo, pero Pablo apenas la escuchaba. Sólo pensaba en su pintura y en su paloma. Y seguía pintando todo en azul, muy azul, rabiosamente azul. Pero una mañana, llegó un circo a París con su desfile de payasos, equilibristas, volatineros,... Las calles se llenaron de luz y color. Un joven arlequín, sentado en la parte más alta de uno de los carromatos que desfilaban, le gritó que había visto su paloma volar por los cielos de Francia. Picasso lo oyó, pero quiso saber más y siguió a la alegre caravana hasta las afueras de la ciudad donde se había detenido para levantar la inmensa carpa. Allí, varios artistas le confirmaron la novedad. Sí, su paloma había volado sobre ellos. No, no sabían hacia dónde. La alegría de aquellos ambulantes y la buena noticia se le contagió a Picasso que olvidó el azul en su paleta y lo cambió por el rosa y a este período se le llama el Período Rosa. Pasó el tiempo y, una tarde, al regresar a su taller, se detuvo frente a una fuente a beber un poco de agua. Allí había algunas mujeres, enormes y gordas. Picasso les habló de su paloma mientras ellas le ofrecían un cántaro rebosante de agua clara y fresca y le contaban que, una vez, hacía tiempo, una hermosa paloma blanca se había detenido en la fuente a beber. "¿Sería mi paloma?", se preguntó Picasso. Picasso ya era un gran artista y había cambiado varias veces su manera de pintar. Desde hacía ya algún tiempo, sus figuras estaban escondidas dentro de sus lienzos. la gente que los veía jugaba a descubrirlos; algunos lograban verlas..., otros no. Una noche en que paseaba por la ciudad, vio a tres músicos tocando sus instrumentos. Picasso los pintó como los veía, pero los músicos no se reconocieron por más que miraron y miraron. Este período se llama Cubista. Después de varios años, Picasso se casó y tuvo hijos. Un día, vio un reflejo muy blanco entrando a su estudio y creyó que podía ser su paloma perdida, pero no, era su hijo pequeño Pablo que se había vestido de Pierrot. La gracia del niño le hizo sonreír, pero le trajo, una vez más, el recuerdo de su querida paloma. Una tarde, su amiga Nusch le pidió que pintara su retrato. Picasso así lo hizo y la pintó en verdes, celestes, amarillos y negros. Nusch no sabía muy bien si la había pintado de frente o de perfil. Era un misterio... El retrato quedó muy bien, pero Picasso recibió de su amiga una mala noticia. La ciudad de Guernica había sido bombardeada por los alemanes durante la guerra. Pablo, desesperado, salío a la calle y encontró a una mujer llorando. Ella le contó los horrores de la guerra y, entonces, Picasso se encerró en su taller y pintó un enorme cuadro, sin color, sólo en blanco y negr. ¡Tanta era su tristeza por la horrible noticia! Aquel cuadro, testimonio de la destrucción de la ciudad de Guernica, se iba a llamar precisamente así, Guernica. Cuando el mundo volvió a la calma, nación, en 1949, su hija menor a la que Picasso le puso de nombre Paloma, en recuerdo de aquella otra que una vez había remontado el vuelo. Esa misma mañana, recibió una gran noticia: su paloma perdida estaba en París, muy cerca de allí. Salió corriendo y, al llegar al sitio que la habían visto, contempló un enorme cartel que anunciaba el Congreso de la Paz y su paloma estaba allí, más blanca de lo que él la recordaba y con una pequeña rama de olivo en el pico. Así, Picasso recuperó su perdida paloma y el mundo recuperó la paz. ISBN: 978-84-9795-338-2

ACTIVIDADES PARA REALIZAR GUERNICA  Publicado 24th November 2014 por ARTISTA PLÁSTICA CARLA BARRY NIÑA CON BARCO ADIVINANZA TALLER DE PINTURA AL AIRE LIBRE

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